Página personal de
María Torres Crespo
Nacida en Villena, hija de unos padres de espíritu inconformista, después de una infancia soñadora, llena de contradicciones espirituales y políticas, inspirada por los sueños exploradores de un padre filatélico, apasionado por descubrir otros países y culturas, María decidió marcharse a encontrar respuestas a sus inquietudes.
Mujer emprendedora, firmó el primer divorcio de su pueblo, madre de nueve hijos, convivió durante 25 años con un tumor, intrépida en sus decisiones para muchos, loca para otros, siempre ha desafiado lo convencional, tomando decisiones arriesgadas en un plano racional pero confiada en un mundo universalmente conectado.
Educó a sus nueve hijos en la mayor de las libertades de pensamiento, ofreciéndoles la oportunidad de estudiar, transmitiendo seguridad para su independencia y confianza para descubrir el mundo. Actualmente todos sus hijos son intrépidos exploradores que han unido sus vidas a personas de otras culturas y otros países, inquietos por conocer otras lenguas sin ponerle limites a sus vidas, ya forman parte de esa herencia familiar.
Armonía.
A mi amiga María la conocí un mes de Diciembre del año 1984 cuando tenía que ponerme en contacto con la persona que me iba a subir desde Bubón a la Atalaya, la localización del centro de retiros de Budismo tibetano Osel ling al que me dirigía.
Después de coger un taxi en Órgiva, llegue a la casita de Bubión donde me recibió una mujer embarazada, rodeada de niños, con un bonito pelo negro rizado y una vitalidad y un encanto difícilmente igualables. También recuerdo con claridad los momentos en que, en aquel Renault Express amarillo, conducía y gobernaba por pistas alpujarreñas como ninguno de los conductores de los imponentes 4x4 de estos tiempos se atreverían a hacer; me habló con entusiasmo contagioso y amor de su lama, Lama Yeshe, y ese fue para mi el primer contacto con la onda expansiva que dicho ser había extendido por el mundo.
A partir de ahí hemos compartido en diversas etapas de nuestras vidas distintos momentos, confidencias, sueños, tristezas, embarazos, cuidados, amores, desamores, divorcios... y ahora cuando entramos cogiditas de la mano del espíritu, que a ambas nos pertenece, en la edad de la sabiduría, en la edad de ir viendo la estela de la vida hacerse larga y compleja a través de nuestros cambios y a través de las vidas de nuestros hijas e hijos, el entusiasmo de María sigue siendo potente y vital como solo una doble Leo se puede permitir.
Durante todos estos años que conozco a María, siempre que aparece la ocasión de hablar con otros, sobre ella, yo lo hago desde uno de eso lugares de la motivación que llamaría el de "presumir". Presumo de ser su amiga porque sé que tengo asegurado el asombro y la curiosidad en mis oyentes y en ocasiones la inspiración y el aprendizaje. Bien sean los del ámbito de las personas en contacto con estos temas y estos mundos como el budismo o la espiritualidad o de las mujeres que se quedan con la boca abierta ante esa madre de nueve hijos, que como ella se encarga de aclarar no tiene nada que ver con ninguna vocación de maternidad o similar sino, y esto lo digo yo, con una vocación de vivir, expresar, manifestar y crear vida en cualquier ámbito.
Puede ser un viaje imprevisto para airearse con nuevos encuentros y posibilidades, o un rico arroz levantino para agasajar y alimentar a sus seres queridos, o una dificultosa negociación económica, o gestionar destinos, proyectos, estudios, trabajos, soluciones para los suyos y los cercanos o la naturalidad para soltarlo todo en un momento y sentarse a reir y a charlar con una amiga y si además se acompaña de una cañita y unas olivitas 'pa picar', pues perfecto.
Y como dije al principio Maria es una doble Leo en su horóscopo, para ser doble en tu signo tienes que nacer a la salida del sol. Es un doble sol y si los planetas giran alrededor de un sol… ¡¡que no harán alrededor de dos soles!!
Pues a veces enfadarse con el sol porque les hace dar vueltas a su alrededor quieran o no quieran y a la vez sentirse alegres y bendecidos por su calor y su amor.
Marga.